Motörhead atrona As TravesasLa veterana banda de «heavy» se empleó a fondo en el pabellón municipal para hacer vibrar a tres mil seguidores y poner a prueba su sistema auditivoLemmy Kilmister, Phil Campbell y Mikkey Dee siguieron a rajatabla ayer en Vigo el lema olímpico «Citius, altius, fortius». Más rápido, más alto y más fuerte, sobre todo más fuerte. Desde el riff inicial de Iron First hasta el reclamado Ace of Spades , Motörhead no dejó indiferente a nadie, y sí más de una fuerte molestia en el sistema auditivo de los espectadores que se dieron cita en As Travesas.
El pabellón municipal es un lugar poco apropiado para este tipo de espectáculos, y más cuando a escasos doscientos metros se encuentra el auditorio al aire libre del parque de Castrelos. Pero ese es otro asunto...
No obstante, la tecnología es asombrosa hoy en día e incluso As Travesas puede aguantar con dignidad los 120 decibelios de potencia sonora que se transmitían a través de los Marshal de Motörhead.
El trío se empleó a fondo en cada una de las cerca de veinte canciones elegidas entre su larga discografía. Kilmister, amarrado a su bajo Rickenbacker, escupía todas y cada una de las frases de las canciones hacia el cielo, con esa curiosa forma de colocar el micro hacia arriba, que le obliga a estirar el cuello de una forma desafiante. Su voz es cada vez más terrorífica, incluso cuando canta el entrañable Be my baby .
El público saltó y cantó en cada una de propuestas de los músicos británicos. Había ganas. De hecho, desde las cinco de la tarde se notaba ya una gran afluencia de jóvenes, vistiendo camisetas de Motörhead, que querían ganarse un lugar bajo Lemmy y compañía. Por cierto que los músicos británicos quedaron tan encantados de la ciudad que han decidido reposar todo el día de hoy en Vigo.
La afición pudo escuchar temas míticos de la banda, como Overkill, aunque se hizo esperar. También se pudo apreciar las excelentes condiciones técnicas que tiene el baterista Mikkey Dee, al que le debió de sentar estupendamente la sesión de pesca que se dio el pasado lunes porque derrochó energía sobre el escenario.
El concierto empezó a las 22.20 horas con la salida del líder del grupo, Leny Kilmister, que tiró un cigarrillo en el suelo para, a continuación, soltar a los asistentes sin más preámbulos: «Somos Motorhead y nosotros hacemos rock and roll». Y estalló la locura con los primeros acordes de Iron first.
En As Travesas se congregaron unas tres mil personas. Eran perceptibles algunas calvas en la parte superior de las gradas aunque en la pista la gente estaba verdaderamente apretada.
El escenario montado para el concierto heavy se podía calificar de muy sobrio. Estaba solo colgado uno de los símbolos del grupo y el resto consistía únicamente en una base de luces.
El grupo encadenó Stay clean en segundo lugar y, a partir de ahí, siguió todo el repertorio habitual de la gira, con 18 canciones. La banda acabó con el añadido de dos bises, quizás sus temas más famosos.
El guitarrista fue el músico más caluroso de cara a los fans, el único que saludó pronunciando el nombre de Vigo y preguntando al público qué tal se encontraba. Pero el trabajo más intenso sobre el escenario de As Travesas fue el del batería Dee. Impresionante.
Fue una noche plagada de camisetas negras y tatuajes. Entre ellos, lo de algún padre con sus hijos. La fidelidad se hereda.
http://www.lavozdegalicia.es/vigo/2010/08/04/0003_8649202.htm