DREaMER escribió:
Miguel Angel Rojas Del Castillo, murió a la edad de 20 años a causa de una puñalada en el corazón. El motivo, tan poderoso y justificable para semejante y atroz barbarie fue el echo de negarse a invitar a beber a otra persona cuando se lo pidió. El hijo de la gran puta y descerebrado que realizó tal hazaña fue Michael Wagner, cabo de las fuerzas aereas norteamericanas. Condenado por el homicidio a 15 años de prisión.
[Esto va para satisfacer la curiosidad de Ferrari y M6]
Todo esto hizo que a partir de ese momento se comenzara una campaña descalificadora, por parte de las facciones conservadoras de España, con el objetivo de prohibir conciertos por cuanto la "música del diablo" era generadora de violencia. Ni que decir que gente del arte y el espectaculo, bajo el lema "el heavy no es violencia" organizaron manifestaciones y movilizaciones pacíficas hasta que volvió a recuperarse la normalidad.
DREaMER escribió:
eddie escribió:
Que chungo fué aquello........
Que dificil fué volver a la normalidad.....
Los telediarios y los periodicos fueron demoledores con el Heavy Metal, que putada tan grande fué aquello.
Tardó aproximadamente un año (o quizás más) en que todo volviera a la normalidad por un incidente que en principio poco o nada tuvo que ver con el Heavy Metal. Por decirlo de alguna manera, las circunstancias se produjeron por factores de lugar y tiempo, pero todo ello fue circunstancial y desde luego, se podía haber producido ahí o en un concierto de opera, evento deportivo o simplemente a la salida de una discoteca (como ha sido el caso). Simplemente eso, factores de lugar y tiempo hicieron que determinados sectores aprovecharan la ocasión para hacer campaña y mala prensa. Claro que los mass-media de la época tanto en TV como en prensa, dejaron de lado la objetividad e imparcialidad de la noticia para dar su "toque" personal. Fue una vergüenza el vilipendio que sufrió un género cultural musical como el Heavy Metal por parte de algunos "plumillas" de reconocido prestigio.
Muchas gracias DREaMER, por satisfacer nuestra curiosidad musical.
