Crónica de KOMA en Madrid 02/04/2011 Los navarros KOMA ya son todos unos veteranos en nuestra escena nacional. Con nuevo disco bajo el brazo, titulado “La Maldición Divina”, y muchas ganas de presentarlo ante su audiencia madrileña, llegaron el pasado 2 de abril a demostrar su reputada presencia escénica sobre la Sala Heineken de Madrid.
Antes de comenzar a destacar los aspectos más importantes del concierto, cabe restaltar el hecho de que KOMA se lanzaron a la piscina madrileña sin ningún tipo de teloneros de apoyo, cosa que en estos tiempos tan inestables en lo que a respuesta de público se refiere, resulta cuando menos arriesgado. Pero la jugada les salió bastante bien, consiguiendo una más que meritoria entrada que rozaba los 2/3 de la sala, sin llegar ni mucho menos a ello pero presentando un interesante ambiente dispuesto a pogos y buena ración de golpes de desenfreno.
Una hora después de la anunciada apertura de puertas, es decir, a las 21:00 horas aproximadamente, se apagaron las luces de la Heineken y los navarros, a excepción del esperado Brigi, se posicionaron sobre el escenario para dar comienzo a la actuación con “Sin Oxígeno”, la cual también abre su nuevo disco tras la correspondiente introducción de turno.
La entrada de la banda fue tan frenética como el desarrollo de todo su concierto, casi sin descanso, sin tiempos muertos o concesiones a la tranquilidad o al aliento, cosa que es de valorar en un concierto largo que se extendió hacia las más de 2 horas con toda una retahila de nuevos cortes y clásicos de la banda.
Frenéticos e incansables Juan Carlos a la batería y Rafa Redín con su bajo son la base perfecta para el poderío desmesurado de un Brigi Duque inconmensurable en su presencia de frontman con guitarra, una auténtica apisonadora en directo que, junto al gran desarrollo técnico de la guitarra de Natxo, siempre dispuesto al cachondeo, dan forma a un combo que a día de hoy es toda una apuesta segura en los directos del territorio nacional, no hay opción a decir lo contrario, y da gusto presenciar a un grupo con tan sobradas tablas y un tremendo empaque de sonido en directo.
“Los idiotas”, la brutal “Imagínatelos” y “Jipis” comenzaron a calentar un ambiente que de desmelenó totalmente hacia la mitad del show, con cosas como “El pobre”, que contó con uno de los acompañamientos más sonados de toda la noche o “El muro de Berlín”, todo un clásico de la carrera discográfica de los navarros”.
Siempre agradeciendo la presencia del público madrileño, Brigi continuó desplegando su dosis de mala leche y poses agresivas sobre el escenario (planta no le falta para ello) que son el complemento perfecto para descargas tan potentes como las de “Me Vacío”, “Patrón a Seguir” o la algo más complicada de acompañar “Bagaré” (por aquello de ser en euskera, aunque no por ello menos bien recibida).
“El sonajero” y su tono de cachondeo nos dejó una sonrisa en los labios antes de el público se descargara totalmente con la traca final, un auténtico compendio de golpes y pogos en una Sala Heineken enloquecida con el poderío de cosas como “Protestantes”, “Bienvenidos a Degüelto” o “Sakeo”, quienes fueron subrayadas por el popurrí de algunos temas destacados y antiguos de la banda como “El marqués de Txorrapelá” y su nuevo y exitoso single “La almohada cervical”, con la que se puso punto y final a un celebrado concierto, de un sonido potente como pocos y que, aunque en las primeras filas perdía cierta potencia en la voz, en zonas más atrasadas fue digno de la clase que los navarros atesoran a día de hoy dentro del panorama nacional.
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